Bizcocho de coco muy esponjoso y casero
Ingredientes para un molde redondo de 23 cm o rectangular de 30 cm
- 200 g de leche de coco.
- 2 huevos.
- 250 g de harina de trigo.
- 150 g de azúcar blanco.
- 120 ml de aceite de oliva de sabor suave.
- 1 sobre de levadura en polvo (16 g).
- 1/2 cucharadita de sal.
- Mantequilla para untar el molde, o papel de horno.
- Azúcar en polvo y/o coco rallado.
Si buscas un bizcocho con aroma a coco, esta es tu receta. Es una auténtica delicia poder preparar bizcochos en casa, ya que siempre le puedes dar tu toque personal y elaborarlos a tu gusto. Además sabes perfectamente qué ingredientes estás utilizando, y te olvidas de colorantes, conservantes y excesos de azúcar totalmente innecesarios. ¿A quién le gusta un bizcocho que solo sabe a azúcar? Es, de verdad, muy muy esponjoso y lo mejor de todo es que además permanece jugoso y húmedo, no queda nada seco, por lo que tiene todas las papeletas para convertirse en uno de tus bizcochos favoritos. Eso sí, el sabor a coco es muy suave, por lo que si quieres potenciarlo, te recomiendo espolvorear coco rallado por encima, le queda de… ¡escándalo!
Preparación, cómo hacer la receta de bizcocho de coco
- Precalienta el horno a 180ºC durante 10 minutos, durante los cuales elaboras la masa del bizcocho.
- En un bol grande pon los huevos y el azúcar, y bátelos enérgicamente con unas varillas manuales o eléctricas hasta que la mezcla se blanquee y el azúcar se disuelva por completo.
- Incorpora el aceite, la sal y la leche de coco, y mezcla bien.
- Añade la harina y la levadura tamizadas, es decir, haciéndolas pasar por un colador para que no caigan con grumos ni apelmazamientos. Vuelve a batirlo todo hasta que no haya ningún grumo.
- Puedes preparar este bizcocho en el clásico molde redondo o uno rectangular de los que se utilizan para elaborar pan de molde. Para que no se pegue el bizcocho, extiende un poco de mantequilla con tu propio dedo por sus paredes, o bien fórralo con papel de horno.
- Vierte la masa en el molde y colócalo en el horno a una altura media, y hornéalo 180º durante unos 30 minutos. Si el molde elegido es el rectangular, añade 5-10 minutos más de horneado, porque al quedar más alto el bizcocho, tarda un poco más en hornearse.
- Para saber si está listo, haz la prueba del palillo: pincha con un palillo el bizcocho, y si sale sin restos pegados, está listo. Si no es así, déjalo unos minutos más.
- Apaga el horno, saca el bizcocho y déjalo reposar al menos 30 minutos antes de consumir, para que se asiente su textura y también su sabor.
- Después de desmoldarlo, espolvorea por encima azúcar en polvo (como hemos hecho nosotros, haciéndolo pasar a través de un colador para evitar grumos y que se reparta bien por toda la superficie) o coco en polvo para intensificar el sabor a coco.
Tiempo: 45 minutos
Sirve y degusta
Corta las porciones de bizcocho en el momento de servirlo, para asegurarte de que se mantiene jugoso y no se reseca. Si te sobra, puedes guardarlo en un recipiente hermético o bolsa en tu despensa, se mantendrá en perfectas condiciones 3-4 días más.
Puede ser el perfecto desayuno, merienda o incluso postre. Acompáñalo con chocolate caliente, un café o incluso una bola de helado, dependiendo de la época del año 😉
Aprecia su esponjosidad cuando hundimos un dedo en él, al momento recupera su forma y está, sencillamente, de… ¡escándalo!
Variaciones
Puedes aromatizarlo más aún con un poco de ralladura de limón, o canela, clavos de olor, aroma de azahar… experimenta y prueba, hay un montón de combinaciones deliciosas 😉
Para potenciar más el sabor del coco, puedes incorporar a la mezcla 3 cucharadas de coco rallado.
Consejos
Cada horno es un mundo, por lo que conviene que vigiles cómo va tu bizcocho mientras se hornea, y hagas la prueba del palillo cuando lleve 30 minutos horneándose.
El acabado final no solo dependerá de tu horno, sino también de cómo te guste el bizcocho. Si quieres que tenga una costra superior más crujiente, gruesa y tostada, déjalo más tiempo horneándose. A nosotros nos gusta que apenas tenga costra, ya que así está más jugoso y blandito. Eso si, ¡cuidado de no quemarlo!