Cómo cocer nécoras: tiempo de cocción y cómo servirlas y comerlas
Ingredientes
- Nécoras, la cantidad que prefieras (a mi me gusta servir 2 por persona). Las mías pesaban cada una unos 100 g y las hay algo más pequeñas y también más grandes.
- 2 hojas de laurel.
- Agua y sal gruesa.
- Hielos.
Aprende cómo cocerlas, dominando los tiempos de cocción, sabiendo cómo cocerlas tanto si están vivas como si no y por supuesto también cómo servirlas y comerlas, algo que es muy sencillo cuando ya sea sabe y sin embargo la primera vez puede resultar extraño y desconocido.
Su carne tiene un sabor suave a marisco muy particular y resulta tierna y jugosa, además si se trata de hembras presentarán corales de color naranja (como en la que puedes ver en las fotografías). Y si quieres ahorrar, más abajo encontrarás indicaciones para cocerlas y congelarlas y así poder comprarlas con antelación a Navidad.
Cómo cocer nécoras
- Las nécoras son así y a mi me parecen horrendas hasta que se cuecen, ya veréis qué color tan bonito toman.
- Echa agua en la olla midiéndola, en mi caso han sido casi 2 litros de agua y como por cada litro de agua lo ideal es añadir 60 g de sal gruesa, he echado unos 120 g de sal y además las dos hojas de laurel.
- Hay diferencia entre cocinarlas vivas o no. Si están vivas, introdúcelas en la olla y enciende el fuego. A partir de que empiece a hervir cuenta 7 minutos. En cambio si están muertas simplemente espera a que el agua esté hirviendo y en ese momento échalas al agua y empieza a contar esos 7 minutos.
- Este tiempo es ideal para nécoras de un tamaño similar a las que he cocinado yo, de unos 100 g de peso. Si son un poco más pequeñas sácalas un minuto antes y si son algo más grandes puedes dejarlas igualmente estos 7 minutos. Con estos tiempos a mi siempre me han quedado bien, jugosas y sabrosas y con el interior bien cocido, pero como sucede con la carne hay a quien les gustan más o menos cocidas así que según nuestros gustos podemos ir variando los minutos.
- Cuando estén cocidas pásalas a un bol con agua fría y hielos para cortar la cocción y sigue cociendo el resto de nécoras con el mismo procedimiento.
- También hay quien prefiere no echarlas en agua fría y servirlas templadas, en ese caso simplemente hay que esperar unos minutos para que ya no nos quememos al manipularlas.
Cómo preparar nécoras para poder comerlas:
- Según la experiencia de tus comensales puedes sacarles las nécoras enteras y que realicen este proceso en la mesa, incluso todos a la vez por si hay que enseñar a alguien que no sabe, o bien hacerlo en la cocina para servirlas ya preparadas para comer.
- En primer lugar quítale la solapa, que es la parte que tienen debajo del cuerpo, ya que no se utiliza y se puede tirar directamente. Es diferente en hembras y en machos, en machos es muy triangular puntiaguda y pelada y en las hembras es más bien ovalada y además va recubierto de pequeños pelitos. Para quitarla tira de ella hacia atrás y retuércela un poco para desprenderla totalmente.
- Ahora separa el cuerpo del caparazón, manteniendo la nécora con el caparazón hacia abajo para que se queden en ella los jugos y carnes que contiene. Para ello puedes hacer un poco de presión (sale muy fácilmente) con tus propias manos desde la zona trasera, es decir, si la delantera consideramos que es donde están los ojos y la boca, pues el extremo contrario.
- En el caparazón hay carne, corales si es hembra (como ha sido nuestro caso, es de color naranja) y jugo, pero también hay unos tejidos que parecen plásticos y debes retirarlos.
- Recorre bien toda la carne y jugos del caparazón para que no quede ninguno de esos «plásticos» y despréndela de las paredes.
- Del cuerpo debes retirar los filamentos grises que lo recubren, no son comestibles.
- En este punto hay quien parte el cuerpo en dos y sirve los dos conjuntos de patas, y quien además parte pata por pata (yo he elegido esta segunda opción). Están tan tiernas que se pueden partir con las propias manos aunque yo lo he hecho con el cuchillo para conseguir un resultado más igualado.
- Las patas son muy finas pero lo cierto es que están llenas de carne, no solo las pinzas sino también todas las demás. Para poder extraer la carne de las patas simplemente golpéalas con un martillo de cocina o un mazo de mortero ya que solo necesitas que se resquebraje un poco la cáscara para acceder a ella. Las patas es mejor servirlas así para que los comensales vayan extrayendo su carne con los dedos.
Tiempo: 20 minutos para cocer la primera tanda (las siguientes tardan menos) y el tiempo que necesites en prepararlas
Sirve y degusta
Se pueden servir recién cocidas y templadas, empezando a abrirlas en cuanto la temperatura haya bajado un poco, o bien frías habiéndolas pasado por agua fría y hielo. Recién cocidas se pueden consumir o bien congelar, en ese caso necesitarás pasarlas por agua fría y hielo y en cuanto estén completamente frías congelarlas, de esta forma se mantienen fenomenal por si quieres consumirlas en otro momento.
La carne tiene un sabor muy especial y particular a marisco, es un bocado muy especial y están de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
El tiempo de cocción va un poco en gustos ya que hay quien los cuece unos minutos menos aunque personalmente con este tiempo siempre les queda la carne tierna y jugosa y el caparazón está bien cocido.
Hay quien vierte sobre la carne en el caparazón un poco de vino blanco (un buen vino blanco) o un chorrito de zumo de limón, y de acompañamiento lo más clásico es salsa rosa o mayonesa. En todo caso, siempre se buscan opciones que no enmascaren el sabor de las nécoras.
Consejos
Cocer las nécoras no tiene ningún misterio pero si es la primera vez que las abrimos y comemos nos puede resultar un poco abrumador conocer cada parte y saber si se come y aprovecha o se retira. Sigue nuestro paso a paso para que te resulte muy sencillo y verás como las siguiente no son un reto para ti o tus comensales ya que, a diferencia de otros mariscos más grandes como el centollo o el buey de mar, las nécoras no ofrecen resistencia y se pueden ir abriendo con los dedos sin problemas.
Si quieres congelarlas cocidas, después de pasarlas por agua con hielo y cuando se hayan enfriado completamente, ponlas en una bolsa hermética apta para congelación y congélalas, eso si, siempre enteras para preservar sus jugos y ternura. Para servirlas tan solo tienes que dejarlas descongelar y arreglarlas.