Cómo es cocinar con el chef 2 estrellas Michelin Diego Guerrero en su estudio creativo
Últimamente no dejamos de vivir experiencias nuevas y únicas gracias al blog, algo por lo que estamos realmente agradecidos. Además de conocer una gran cantidad de productos y novedades tanto de alimentación como de menaje y herramientas de cocina, tenemos la oportunidad de compartir jornadas con otros blogueros y apasionados de la cocina y es algo realmente enriquecedor.
Lo que no habíamos hecho nunca antes era probar los platos de un chef con estrellas Michelin, ¡y muchos menos cocinar con él! Y eso fue justo lo que hicimos en el evento de las Nueces de California celebrando el #MesdelasNueces como unos auténticos #NuezLover, a los cuales le agradecemos la invitación.
La temática de la jornada consistió en cocinar con el chef 2 estrellas Michelin Diego Guerrero un menú diseñado por él, y en todos los platos estuvieron presentes las nueces. Nada más llegar nos dieron nuestros delantales personalizados, saludamos al resto de invitados y… ¡manos a la obra!
Diego Guerrero y su estupendo equipo lo tenían todo preparado y organizado para que pudiésemos participar en algunas elaboraciones y tomar buena nota de cómo se preparaba cada plato, conocer nuevos ingredientes y técnicas, y nos quedamos con un montón de trucos y consejos.
Algunas elaboraciones ya las tenían listas ya que requerían largos tiempos de cocción, como es el caso de las carrilleras, y el resto estaba todo con un «mise en place» perfecto, tomo nota porque me parece fundamental cocinar con ese orden, daba mucha paz tenerlo todo preparado para que el cocinado fuese lo más ágil posible.
Todo comenzó con un garrapiñado de nueces que después iba a acompañar a la carrillera, y después quedamos maravillados con lo bonito que es suflar arroz (previamente cocido y deshidratado), el olor era a palomitas de maíz, y la textura increíblemente crujiente y apetecible. Aquí podéis ver lo concentrados que estábamos, jaja:
Seguimos con otra preparación, y esta vez nos sorprendió con unos aguacates asados (creo que nunca he comido aguacate que no sea crudo!), y los colocó en unas cajitas de madera que tenían un cajón inferior preparado para colocar brasas calientes y virutas de madera de roble para ahumarlos, ¡qué espectáculo! El resultado en el plato fue increíble, más abajo os contaremos 😉
Fuimos saltando de elaboración en elaboración porque la magia del final era comprobar cómo encajaban en cada plato unas con otras, por lo que nos mantuvimos expectantes hasta el último momento. Ahora era el turno de unos curiosos macarons de carabineros. Para ello previamente habían congelado los carabineros con nitrógeno líquido niy después los habían triturado, de forma que cuando se descongelaron quedó una pasta muy homogénea y de un color espectacular, aquí podéis verla:
Y casi al final cuando ya estaban congelados los macarons de carabineros, ayudé a rellenarlos con una pasta de aguacate y nueces riquísima.
Y precisamente este fue el primer plato que probamos, directamente en la cocina. Ya simplemente el emplatado era espectacular, ya que se colocaban los macarons de carabinero sobre una roca de sal e iban acompañados con una espuma. Además la forma de tomarlos tenía su propio protocolo, ya que como nos explicó Diego Guerrero se trataba de un gesto parecido a un beso, se tomaba de un solo bocado de forma que los labios pasaban por la roca de sal y eso le aportaba un toque salado increíble.
La última preparación en la que participamos los asistentes fueron las navajas al natural con dashi de apio y ajoblanco de nueces. Las navajas las habían cocinado al vacío y a baja temperatura, creo recordar que a 50ºC y pocos minutos. Ahora que me ha dado por experimentar con la cocina al vacío a baja temperatura, a ver si me atrevo con el marisco 🙂
Pudimos probar el dashi de apio y el ajoblanco de nueces y estaban tremendos, y la verdad es que al menos a nosotros nos siguen impactando las presentaciones con nitrógeno líquido, y eso hizo que el emplatado de las navajas fuera de los más espectaculares. Sobre unas cajas de madera preparadas para la ocasión y unas algas, se dispusieron las navajas con el resto de preparaciones, y el nitrógeno hizo el resto, mirad qué bonito:
Y antes de pasar a la mesa, ¡foto de grupo!
Diego y su equipo se quedaron en la cocina terminando de emplatar el resto de platos, y nosotros nos fuimos a la mesa que nos habían preparado, y en la que estuvimos intercambiando impresiones con el resto de asistentes y conociéndonos mejor, ya que es genial coincidir con gente con tus mismos intereses, y muchos nos conocíamos solo virtualmente.
Ya en la mesa seguimos con el tercer plato, el aguacate asado en yuka fermentada y molde de nueces. ¿Os acordáis del aguacate que habíamos dejado con las brasas y las virutas? Pues así llegó a la mesa, y estaba de auténtico… ¡escándalo! Qué aromas, qué sabor, qué contrastes… de 10 🙂
Y aquí tenéis a Manuel, que disfrutó muchísimo con este plato, a ver ahora cómo nos apañamos en casa para repetir la crema de yuca fermentada, jajaja.
Llegó el turno del pulpo salteado, kimchi y alioli de nueces, que por cierto el alioli lo preparó una de las blogueras asistentes y salió riquísimo, me quedo con la receta para repetirlo en casa. Ah, y detalle muy importante, el ajo estaba previamente cocido (algo que yo suelo hacer, más bien lo aso), me parece genial porque así no repite y el resultado queda suave y gustoso. El pulpo estaba riquísimo, pero las patatas sencillamente espectaculares, ¡qué ternura y sabor!
Y el último plato antes de los postres fue una espectacular carrillera en anticucho de ají mochero, sal de camarones y nueces, ya habréis visto arriba cómo preparábamos todo el acompañamiento. Es un perfecto mar y montaña del que destacamos la perfecta combinación de sabores y que la carrillera estaba taaaaaan tierna que no nos dieron ni cuchillos para comerla, ¡ni falta que hacía! Qué delicia 😛
Y llegaron los postres. El primero era una original versión de la tarta al whisky, pues estaba presentada como si fuera un huevo en un nido, y su textura cremosa contrastaba con la base crujiente.
El segundo postre era una pantxineta de zanahoria y nueces. La verdad es que no conocíamos este postre y que es típico del País Vasco (tenemos que ir más por allí!), y tenía una textura muy crujiente y dulzona en las dos bases exteriores, y un interior cremoso. Muy equilibrado y no pecaba de exceso de dulce, ¡riquísimo!
Y para despedirnos, foto de grupo de nuevo, y fotos con Diego Guerrero, ¡ha sido un auténtico placer! Nos llevamos mucha inspiración y trucos a casa, seguro que no tardamos mucho en ponerlos en práctica 🙂