Cómo hacer crema inglesa casera y cremosa
Ingredientes para unos 800 g
- 500 ml de leche.
- 110 g de azúcar blanco.
- 4 yemas de huevo.
- 1 vaina de vainilla.
Solo necesitas 4 ingredientes para esta fantástica crema que sirve de base para recetas de helados, algunas tartas y cremas cuajadas y también para simplemente acompañar postres, ya sea caliente o fría, de hecho ha sido desde siempre un clásico en los restaurantes. Lo más importante es que los huevos se cocinen adecuadamente para aportar su particular cremosidad pero que no lleguen a cuajarse ni a formar grumos, y para eso tan solo tienes que seguir la receta al detalle.
Preparación, cómo hacer la receta de crema inglesa casera
- Pon la leche en un cazo a fuego medio junto con la vaina de vainilla y cuando hierva retira el cazo del fuego.
- Mientras en un bol echa el azúcar junto con las yemas de huevo y mezcla con unas varillas hasta que la mezcla esté espumosa y de color amarillo, solo tardarás 3 o 4 minutos.
- Retira la vaina de vainilla de la leche y vierte un poco de la leche recién hervida en el bol con el azúcar y las yemas de huevo y mezcla con las varillas durante unos segundos.
- Incorpora el resto de la leche y mezcla durante unos pocos segundos más, hasta que la crema esté homogénea.
- Vierte toda la mezcla en el cazo que habías utilizado antes para la leche y pongo a fuego medio-bajo. Cocina la crema removiendo casi todo el tiempo con las varillas hasta que esté cremosa. La idea es que los huevos no se lleguen a cuajar por lo que el punto ideal se consigue cuando la crema alcanza más o menos unos 85ºC (si tienes termómetro de cocina sería lo ideal porque sí controlarás perfectamente todo el proceso). Dependiendo de la temperatura del fuego puedes tardar alrededor de 15 minutos.
- Un truco para saber si está lista es mojar una cuchara en la crema inglesa. Sácala, pasa un dedo y si esa zona permanece limpia y la crema no se mueve, ya estará lista.
- Pasa la crema inglesa a otro recipiente para que se enfríe rápidamente, incluso no estaría de más poner ese nuevo recipiente encima de otro con agua fría y unos hielos, para ayudar a cortar la cocción y que no se cuajen los huevos con el calor que aún le queda a la mezcla.
- Tapa con papel film a piel, es decir, pegado a la crema inglesa para que no se forme costra por encima. Puedes utilizarla en el momento o conservarla hasta 2 días en la nevera (tendrás que esperar a que se enfríe para poder meterla a la nevera).
Tiempo: 30 minutos
Sirve y degusta
Disfruta de esta crema inglesa recién hecha y caliente aunque también la puedes consumir templada o fría. Guárdala hasta 2 días en la nevera bien tapada con papel film, de hecho un poco de reposo le sienta fenomenal ya que coge más cuerpo y potencia de sabor.
Es una crema fantástica que se utiliza como base para elaboraciones de repostería, sobre todo helados, algunas tartas y también cremas cuajadas pero también se puede servir tal cual acompañando a tartas, bizcochos, brownies e incluso a los crumbles y las torrijas. Disfruta de su fantástica cremosidad, está de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Aromatiza la crema inglesa a tu gusto, por ejemplo sustituyendo la vaina de vainilla por una rama de canela. También puedes añadirle a la leche la piel de un limón o de una naranja o de ambos, eso si, siempre bien lavada y con poca parte blanca del interior ya que aporta un cierto toque amargo.
Consejos
Si hierves la lecha y la dejas con la vaina de vainilla reposando al menos media hora o incluso una hora cogerá más sabor a vainilla. Eso si, antes de utilizarla dale un pequeño toque de calor para que hierva de nuevo y así la tengas caliente para seguir con la receta.
Recuerda elaborar la receta siempre con fuego medio e incluso bajo porque, aunque de esta forma se tarda un poco más, te aseguras que no se pega al cazo, que los huevos no se cuajan y queda perfecta de textura y sin grumos. De todas formas si se cuaja un poco o salen algunos grumos y quieres salvarla siempre puedes pasarla por un colador.
Si quieres saber en qué recetas utilizar las claras de huevo sobrantes de esta elaboración anótate todas estas sugerencias, a cual más rica: los tradicionales buñuelos de calabaza, el merengue italiano que es ideal para decoraciones, rellenos y milhojas, el tiramisú casero italiano, la tarta sacher, la mousse de turrón blando deliciosa y esponjosa, los calamares rebozados a la romana y, cómo no, la leche merengada casera (granizada o no).