Cómo hacer leche condensada casera, ¡queda de 10!
Ingredientes para unos 240 g
- 500 ml de leche.
- 110 g de azúcar blanco.
Tan solo ten un poco de paciencia porque lo ideal es cocinarla a fuego muy suave para que se caramelice y espese poco a poco, concentrando así su sabor. Utilízala para acompañar elaboraciones dulces como crepes, tortitas o gofres, también es un endulzante ideal para cafés y tés, va genial con fruta fresca troceada y por supuesto puedes darte el gustazo de comerte directamente alguna cucharada.
Cómo hacer la receta de leche condensada casera
- Pon un cazo a fuego medio y echa en él los 500 ml de leche y los 110 g azúcar.
- Espera a que hierva y que se mantenga hirviendo durante 1 minuto.
- Después baja el fuego para que esté suave y sigue cocinando la leche condensada durante unos 40-50 minutos. Puede tardar más o menos tiempo en función de la temperatura del fuego.
- Recuerda removerla de vez en cuando.
- La leche condensada estará lista cuando se haya reducido su volumen más o menos a la mitad y esté espesa y con un color amarillento, como puedes ver en las fotografías.
- Una buena forma de comprobar que ya la tenemos lista es pasando una lengua de cocina por el fondo del cazo un poco inclinado, la zona debería mantenerse limpia unos instantes porque la leche ya estaría con cierto espesor.
- Pasa la leche condensada al recipiente en el que la vayas a guardar pero haciéndola pasar a través de un colador para retirar los posibles pequeños grumos o cúmulos de nata de la leche que pueda tener.
- Espera a que se enfríe y ya puedes guardarla en la nevera, se mantendrá perfectamente unos 4-5 días.
Tiempo: 1 hora
Sirve y degusta
Puedes consumirla nada más tenerla hecha aunque lo cierto es que el enfriado y reposo en nevera de al menos un día le sienta muy bien, la textura queda un poco más espesa aún y el sabor se potencia. Consérvala en la nevera hasta 4-5 días, también puedes congelarla y si te animas es genial hacer conserva con ella para tenerla disponible en la despensa.
Con una textura tan irresistible como la leche condensada industrial pero con el plus de prepararla casera pudiendo utilizar una leche sabrosa que te guste y que marque su personalidad. Sobre unos crepes o tortitas, en tostadas, en cafés y tés y por supuesto, por qué no, alguna cucharada te puedes llevar directamente a la boca, está de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
La receta es tan básica que no se prepara con otros ingredientes ni de otra forma aunque hay quien experimenta utilizando leche en polvo y agua para sustituir la leche líquida o incluso quienes sustituyen el azúcar por otro edulcorante.
Si te gusta la vainilla puedes añadir alguna gota de esencia de vainilla a la leche condensada.
Consejos
Recuerda remover la leche condensada de vez en cuando con una espátula o lengua de cocina para que no aparezcan grumos ni se pegue al fondo del cazo. La clave realmente es cocinarla a fuego muy suave, aunque se tarde un poco más, para no tener que estar apenas pendiente y conseguir poco a poco que se caramelice con el azúcar y así obtener esa característica textura tan cremosa.