Cómo hacer mermelada de albaricoques casera de forma muy sencilla
Ingredientes
- 500 g de albaricoques. Lo ideal es que estén maduros y de color anaranjado.
- 200 g de azúcar blanco.
- 25 ml de zumo de limón.
Aprende a preparar esta mermelada aprovechando la temporada de albaricoques que, aunque varía según el lugar, yo suelo encontrarlos en su punto para esta receta en el mes de junio. Es una de mis mermeladas favoritas y seguramente influirá que vivo en Caravaca de la Cruz (Murcia), una tierra rodeada de albaricoqueros y que de hecho tengo cerquísima de casa desde siempre, y es un gustazo poder comerlos recién cogidos del árbol.
Preparación, cómo hacer la receta de mermelada de albaricoques
- Lava bien los albaricoques con agua fría y sécalos. Ábrelos por la mitad con la ayuda de un cuchillo y extráeles el hueso. Ve dejándolos en la olla en la que los vas a cocinar.
- Exprime el limón y cuela su zumo para que no contenga semillas.
- Echa en la olla el limón y ponla a fuego medio. Cuando empiece a hervir y haya algunas burbujas baja el fuego para que esté suave y cocina los albaricoques con el limón durante 10 minutos o hasta que veas que están blandos, ya que cuanto más maduros menos tardarán.
- Añade el azúcar y sigue cocinándolos a fuego suave durante unos 30 minutos. Durante el proceso cada 10 minutos puedes ir partiendo un poco los albaricoques con una cuchara para que se vayan deshaciendo.
- El tiempo total irá en función de la temperatura del fuego y también de cuanto de maduros estén los albaricoques y la textura que quieres conseguir. Ten en cuenta que al enfriarse se espesa más, así que para mi el punto ideal es cuando empieza a espesarse y al moverla con una cuchara el rastro en la olla se queda durante unos segundos.
- Esta mermelada no hace falta triturarla ya que los albaricoques se deshacen bastante y también los hemos ido partiendo poco a poco con la cuchara, pero si te gusta que quede homogénea es el momento de triturarla, con cuidado de que no salpique ya que podrías quemarte.
- Este tiempo sirve para esta cantidad de mermelada ya que si preparas más o menos tendrías que cocinarla un tiempo diferente, sobre todo si hablamos de cantidades muy grandes.
- Antes de que se enfríe guárdala en recipientes de cristal. Te recomiendo realizar el proceso de conserva o bien guardarla en varios tarritos y congelarlos. En nevera aguanta mucho tiempo, no sabría decir cuanto pero varias semanas seguro.
Tiempo: 1 hora
Sirve y degusta
Guarda la mermelada conservada de la forma que prefieras según lo que he comentado al final de la receta, y si te ha gustado la próxima vez puedes preparar mucha más cantidad de una vez, dándole más tiempo para que se cocine y hasta que la veas que está lista, y conservarla durante todo el año ya sea congelada o en conserva.
Es una de mis mermeladas preferidas por su sabor pero también porque donde vivo podemos conseguir los albaricoques directamente del árbol y la fruta recién cogida tiene un sabor increíble. Como cualquier otra mermelada, queda buenísima en tostadas con mantequilla o incluso queso crema, y se puede utilizar para darle un toque dulce a preparaciones como los crepes, tortitas y gofres, e incluso de relleno en bizcochos o magdalenas y entre capas o coronando una fantástica tarta de chocolate o de queso. Además es genial utilizarla con patés y quesos, y de cualquier forma está de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Si te animas a ir variando un poco la receta puedes aromatizarla a tu gusto. Lo más clásico es utilizar ramas de canela o vainas de vainilla durante la cocción para después retirarlas, pero también le quedan genial otras especias como el cardamomo, los clavos o el anís. Los cítricos también van geniales y un poco de ralladura de lima, limón, naranja o pomelo le sienta fenomenal.
Consejos
La primera vez que prepares una receta que quieras hacer en conserva lo ideal es que elabores poca cantidad, por ejemplo la de esta receta. Una vez que la hayas hecho y probado y compruebes que está a tu gusto, anímate a preparar una gran cantidad y así tenerla siempre a mano, conservada de la forma que más te guste, ya sea en congelador o en conserva.
No te pases de cocción para que no quede demasiado seca, aunque tampoco la retires demasiado pronto del fuego para que no esté demasiado líquida y después se escurra al ponerla sobre tostadas. Si tienes dudas, coge un poco con una cuchara sopera, sácala fuera, déjala reposar unos minutos para que se enfríe y decide si esa textura ya te gusta (recuerda que cuando se enfríe completamente se espesará un poco más). También es verdad que la textura puede ir en función de como quieras utilizarla, por ejemplo para extenderla y untarla mejor que no quede demasiado espesa, pero si es para cubrir una tarta o para poner un poco sobre algún canapé, lo ideal es que esté densa.