Cómo hacer patatas fritas perfectas: tiernas por dentro y crujientes por fuera
Ingredientes
- Patatas para freír.
- Aceite de oliva o de girasol, cantidad suficiente para freír.
- Sal.
Son muy sencillas de preparar aunque reconozco que para freír bien lo mejor es ir adquiriendo cierta experiencia para saber entender el aceite y sus temperaturas y conseguir resultados perfectos. También puedes utilizar una freidora, ayuda mucho en esta labor. ¿Qué significa para mi freír bien? Pues que después cojas una patata frita, una croqueta o lo que sea que hayas frito y que apenas te quede aceite en los dedos. Personalmente no suelo freír prácticamente nunca en casa, no es una técnica que me apasione pero reconozco que de vez en cuando y para recetas como ésta vale la pena ya que aunque las patatas al horno me encantan, así fritas están muy ricas.
Preparación, cómo hacer la receta de patatas fritas
- Pela las patatas y córtalas en palitos más o menos del mismo tamaño. Yo he utilizado una mandolina que incluye unas cuchillas con las que cortar las patatas en palitos es de lo más sencillo, pero también puedes hacerlo con un cuchillo.
- Ponlas a remojar en un bol con agua fría durante 5 minutos para que suelten el almidón y así evitar que después se peguen unas con otras.
- Sécalas muy bien con papel de cocina o con un paño.
- Pon abundante aceite a calentar, ya sea en freidora o en sartén. Yo he utilizado mi freidora y la puesto a 140ºC, pero si lo hacéis en sartén esta temperatura es cuando introducís una patata y burbujea de forma constante y sin dorarse para nada, y por supuesto que el aceite no humee.
- Hay que cocinarlas alrededor de 5 minutos. El punto perfecto es cuando podáis atravesar una patata con un cuchillo y la notéis tierna.
- Saca el cestillo de la freidora o retíralas a un plato con una espumadera si estás con la sartén, y sube la temperatura. En freidora es hasta 180ºC, y en sartén sin que llegue a humear el aceite pero que esté bastante caliente, de forma que las patatas se doren en cuestión de 2-3 minutos. Están listas cuando se vean doradas a tu gusto, aunque vigílalas bien porque cambian de color muy rápidamente.
- Escúrrelas y déjalas en una bandeja amplia con papel de cocina para que escurran el exceso de aceite. Insisto en lo de la bandeja amplia para que no estén amontonadas, escurran bien el aceite y así conseguir que queden lo más crujientes posible.
- Es en este momento cuando todavía están calientes que deberás echarles sal al gusto por encima.
Tiempo: 1 hora
Sirve y degusta
Recuerda echarles sal nada más las saques del aceite, y ya las tienes listas. Lo ideal es degustarlas recién hechas, aunque si quieres prepararlas con cierta antelación puedes darles la primera fritura, reservarlas e incluso congelarlas y, justo cuando las vayas a servir, darles la segunda fritura a temperatura alta para que terminen de cocinarse y se doren.
Tiernas por dentro, crujientes y doraditas por fuera, acompañan genial como guarnición a cualquier plato porque están de… ¡escándalo!
Variaciones
La mejor técnica que yo he probado es la que he descrito en la receta, aunque puede haber muchas más igualmente válidas. También se pueden cocer en el microondas hasta que estén tiernas, lo que equivaldría a la primera fritura. Después podemos freírlas con las indicaciones de la segunda fritura para que se doren o bien ponerlas en una bandeja de horno sobre papel de horno, separadas unas de otras, pintarlas con un poquito de aceite y asarlas a 200ºC hasta que estén doradas.
Consejos
Manejar bien las frituras es cuestión de experiencia, ya que si el aceite tiene poca temperatura las patatas absorberán demasiado aceite y no quedarán bien, pero si por el contrario está demasiado fuerte quemarás la superficie más externa y el interior no estará bien cocinado e incluso es posible que quede crudo. Una ayuda extra puede ser la utilización de un termómetro de cocina o directamente una freidora si te estás iniciando.