Croquetas de pollo caseras, súper jugosas y sabrosas
Ingredientes para unas 35 croquetas
- 250 g de pollo, ya sea cocido o asado. Yo he utilizado una de las pechugas de pollo de mi receta de pollo asado entero y muy jugoso, era un pollo campero y el sabor es espectacular. También podéis utilizar pollo del cocido, pero siempre recomiendo que se utilice un buen pollo campero para que el sabor sea irresistible.
- 1 cebolla.
- 1 cucharada de tomillo seco (opcional). Incluir una hierba seca que te guste como tomillo, romero u orégano le da un plus de sabor delicioso.
- Aceite de oliva y sal para saltear la cebolla.
- 2-3 huevos (para el rebozado).
- Harina.
- Pan rallado. En este caso he utilizado el pan rallado más habitual pero también puedes usar pan rallado grueso para un acabado extra crujiente como en mis croquetas de jamón caseras.
- Aceite para freír. Nosotros preferimos aceite de semillas o de girasol porque no deja sabor, pero puedes utilizar aceite de oliva si lo prefieres.
- Para la salsa bechamel casera:
- 1 litro de leche.
- 80 g de harina.*
- 100 g de mantequilla.
- Una pizca de nuez moscada.
- Sal.
*Quiero hacer una aclaración respecto a la cantidad de harina ya que tanta polémica suscita en los comentarios. Siempre que preparo croquetas de cualquier tipo elaboro la misma bechamel, consiguiendo unas croquetas cremosas (como puedes ver en las fotografías) y a las que se les da forma de manera muy sencilla (como puedes ver en las fotografías) ya que se obtiene una masa consistente si sigues el paso a paso descrito aquí abajo. Eso si, para elaborar la bechamel requiere su rato, puede ser media hora o incluso más, a fuego suave y con paciencia, hasta que está espesa. Si tienes prisa y no te importa elaborar unas croquetas más tipo «mazacote» o simplemente es la primera vez que vas a prepararlas y quieres que cada paso sea más sencillo y corto, en vez de 80 g de harina puedes subirla hasta 100, 120 o incluso 150 g.
Están riquísimas, creo que son de mis favoritas y el truco simplemente está en seguir la receta y utilizar las sobras de un buen pollo campero cocido o asado. Se trata de una receta laboriosa porque hay que estar bastante tiempo removiendo la bechamel, pero a cambio obtendremos unas de las croquetas más tiernas en su interior que hayas probado, y por supuesto crujientes y doraditas por fuera. Hablamos de «delicada bechamel» porque te voy a enseñar trucos para que te quede perfecta para croquetas, densa para manipularla pero cremosa al freírlas, y eso requiere echarle un ratito de paciencia.
Preparación, cómo hacer la receta de croquetas de pollo
- Desmenuza el pollo ya cocido o asado cortándolo en trocitos muy pequeños o como prefieras. A mi me gusta pequeñito para que que después se integre perfectamente con la bechamel.
- Pela y pica muy finita la cebolla y, en una sartén u olla (que después te quepa también el pollo) con un poquito de aceite y sal a fuego medio ve pochándola hasta que esté tierna y empiece a dorarse, tardará unos 10 minutos.
- En ese momento incorpora el pollo junto con las hierbas (opcional), revuélvelo todo durante un par de minutos y reserva.
- Ahora vamos a preparar la bechamel:
- En un cazo a fuego suave incorpora la mantequilla.
- Cuando esté líquida, aparta el cazo del fuego y añade la harina. Revuélvelo todo bien rápidamente para que se forme una pasta homogénea y no queden grumos de harina.
- A continuación, vuelve a poner el cazo en el fuego, añade un poco de leche (medio vaso) y sigue mezclando bien. Cuando se haya integrado todo, añade el resto de la leche y no dejes de remover con unas varillas, para que no se te pegue en el fondo ni se formen grumos. Recuerda tener el fuego suave. Un buen TRUCO es tener la leche previamente templada o al menos a temperatura ambiente (nunca fría) para que se integre bien y no se formen grumos.
- Añade una pizca de nuez moscada y también un poco de sal.
- Para conseguir que no te queden grumos y tenga el suficiente espesor, el TRUCO es precisamente estar removiéndola sin parar a fuego suave durante aproximadamente 20-30 minutos (depende de la temperatura de tu fuego). Estará lista cuando, al remover, se hagan surcos que te dejen ver claramente el fondo del cazo.
- Cuando ya esté casi lista añade la mezcla de pollo y cebolla. Pruébala un poco por si tienes que rectificarla de sal.
- Aparta el cazo del fuego, vierte la masa de las croquetas en otro recipiente y déjala enfriar tapada en contacto con papel film para evitar que se le forme costra. Déjala enfriar primero a temperatura ambiente y, cuando deje de estar caliente, ponla en la nevera. Puedes preparar la bechamel de un día para otro (es lo mejor), o simplemente esperar hasta que se enfríe.
- A continuación, prepara un plato llano con harina, otro hondo con los huevos batidos y por último uno llano con el pan rallado.
- Ahora ya puedes darle forma a las croquetas con tus propias manos, en esta ocasión les he dado la clásica forma cilíndrica. Un TRUCO para coger las porciones de manera más sencilla y uniforme es utilizar un sacabolas de helado, a poder ser pequeñito, y verás que te ayuda bastante en la tarea.
- Pasa cada croqueta por harina, después por huevo y por último por pan rallado.
- Cuando las tengas todas listas, déjalas reposar entre 30 minutos y 1 hora para conseguir que estén a temperatura ambiente y así evitar que se abran al freírlas.
- Ya puedes freír las croquetas en freidora o en sartén:
- En un cazo o sartén honda: añade abundante aceite. Pon el fuego fuerte, y cuando el aceite esté bien caliente (sin que llegue a humear), fríelas unos minutos, procurando que se hagan por todos los lados.
- En una freidora, añade aceite hasta la señal de la propia freidora y prográmala para que se caliente hasta los 180ºC. Cuando haya llegado a esa temperatura coloca croquetas en el cestillo (deberás hacer varias tandas, procura que en cada tanda no estén unas encima de otras sino todas planas en el cestillo) y fríelas hasta que estén doradas por fuera a tu gusto, ve vigilándolas e incluso sacando el cestillo para comprobar cómo van, tardarán unos 4-5 minutos.
- Conforme estén fritas ve escurriéndolas y poniéndolas sobre un plato con papel de cocina para que empape el aceite.
Tiempo: 20 minutos desmigando carne y sofrito + 30 minutos bechamel + reposo para que se enfríe + 1 hora para formarlas y freírlas
Sirve y degusta
Estas croquetas tal cual salen de la sartén dicen «cómeme». Es un placer comerlas calientes recién hechas, aunque templaditas no están nada mal. Y por supuesto pueden congelarse, ya sea antes o después de freírlas. Más abajo en la sección de consejos te cuento cómo hacerlo.
Verás que con nuestra receta te queda un exterior súper crujiente y en su interior estarán jugosas y llenas de sabor, de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Si quieres darles un plus de sabor tenemos dos sugerencias. Sustituye 200 ml de leche por 200 ml de caldo de cocido casero y la bechamel te quedará aún más sabrosa.
Aromatiza a tu gusto con hierbas como te he sugerido más arriba, pero también puedes utilizar especias y darle un toque totalmente distinto: curry, pimentón o comino le van fenomenal.
Consejos
No dejes de remover la bechamel en el final del proceso, ya que si se pega en el fondo te quedará con grumos o incluso puede quemarse y volverse oscura.
Formar las croquetas no es fácil, y cada cual tiene su método. Puedes utilizar dos cucharillas para darles forma redondita, usar un sacabolas de helado, o incluso una manga pastelera de boca ancha para hacerlas como si fueran churros, y después ir cortándolas. Nosotros solemos hacer las bolitas con la mano, y mejor aún con guantes, ya que aunque se pegan, te dan una sensación más ágil en las manos. Eso sí, en cualquier caso, paciencia y cariño.
Ya que preparar croquetas es algo laborioso sobre todo para darles forma, te recomiendo preparar esta cantidad o incluso multiplicarla por 2 o por 3 y así elaborar muchas croquetas de una vez. Lo mejor de todo es que puedes congelarlas, tanto antes de freírlas como después. Para ello ve colocándolas en una bandeja en el congelador (si es después de fritas, espera a que estén totalmente frías), separadas unas de otras, y cuando haya transcurrido alrededor de 1 hora y estén bien duras ya puedes ponerlas todas juntas en una bolsa o recipiente y guardarlas durante meses. Si las has congelado sin freír después te recomiendo descongelarlas durante unas horas y después freírlas, o si quieres puedes freírlas directamente congeladas pero deberás estar pendiente de que no te queden frías en su interior. Y si las has congelado ya fritas, la mejor forma de revivirlas es calentarlas en el microondas a la mínima potencia e ir comprobando cada minuto si ya están calientes.