Crumble de fresas, la receta más fácil
Ingredientes para un molde de 22 cm de diámetro
- 750 g de fresas (mejor si están maduras).
- 120 g de harina de trigo.
- 60 g de copos de avena.
- 70 g de mantequilla.
- 60 g de azúcar.
- Ralladura de la cáscara de medio limón, y un poco también de naranja.
- Helado, yogur o nata para acompañar, lo que más te guste 😉
Es una receta muy fácil de preparar, y con apenas 20 minutos de horno está lista. Aprovecha en primavera que es la temporada de la fresa, y prepara esta deliciosa receta, a la que puedes añadirle frutos rojos u otras frutas que te gusten. El crumble es un pastel con fruta, ni más ni menos. Lo sorprendente es cómo algo de apariencia tan sencilla esconde una de las recetas más deliciosas que se pueden elaborar con frutas en el horno. La idea del crumble es unir dos texturas extremas: por un lado, la base de frutas que, al hornearse, queda deliciosamente blandita y caramelizada; por otro lado, la cobertura elaborada con harina, avena, azúcar y mantequilla queda crujiente y sabrosa. Además, se trata de un postre ideal para utilizar las frutas que han madurado demasiado, ya que para hornearlas lo mejor es que no estén muy verdes.
Preparación, cómo hacer la receta de crumble de fresas
- Lava las fresas cuidadosamente bajo un chorro de agua fría y córtales el rabito verde. Déjalas escurrir y pártelas por la mitad, o en cuartos si son muy grandes.
- Precalienta el horno durante 10 minutos a 180ºC.
- Para elaborar la masa del crumble mezcla en un bol la harina con los copos de avena y el azúcar con la ayuda de una cuchara. A continuación incorpora la mantequilla en trozos (debe estar recién sacada de la nevera), y comienza a amasarlo todo con tus propios dedos intentando que el resultado sea una especie de «migas«, con los ingredientes bien mezclados entre sí.
- Forra un molde de horno (o varios, como puedes ver en las fotografías) con papel de horno o engrásalo con un poco de mantequilla y añade las fresas, que formen una base más o menos compacta.
- Ralla la piel del limón y la naranja y espárcela por encima de las fresas. Añade las migas del crumble de forma que cubran totalmente las fresas.
- Hornea durante 20 minutos, hasta que la superficie esté ligeramente dorada. Sácalo del horno y déjalo reposar al menos 10 minutos para que se temple, se puede tomar tanto caliente como frío.
Tiempo: 35 minutos
Sirve y degusta
Puedes tomar el crumble de fresas nada más sacarlo del horno, tras los minutos de reposo, porque calentito está delicioso. Pero también puedes comerlo cuando se haya enfriado totalmente, esto ya va en gustos.
No olvides acompañarlo de helado, yogur o nata. Un truco: a mí me encanta con yogur griego, y lo que hago es introducir el yogur en el congelador al mismo tiempo que el crumble en el horno, para sacarlo cuando el crumble esté ya en la mesa. Así consigues que el yogur griego esté ligeramente congelado pero cremoso 😛
Variaciones
Una variación deliciosa con la que puedes innovar a tu gusto es incluir frutos secos en trocitos a las «migas» (nueces, avellanas…), o más matices como por ejemplo de canela o vainilla.
Y por supuesto puedes sustituir las fresas por otra fruta, como manzanas, cerezas o peras, te quedará increíble 😉
Consejos
Hornéalo solo el tiempo necesario, lo suficiente para que el crumble esté crujiente pero las fresas no se resequen ni pierdan jugosidad. Sácalo del horno en cuanto el crumble esté ligeramente dorado, y déjalo enfriar unos minutos 😉
Para «aligerar» esta receta y hacerla un poco más light, puedes elaborar el crumble con menos azúcar, y acompañar con un yogur poco graso. Si te encantan las fresas, con estos cambios ganarán protagonismo y el sabor seguirá siendo delicioso.
Puedes conservarlo durante 3-4 días en la nevera, pero recuerda sacarlo al menos 30 minutos antes de tomarlo. Si te apetece calentito, ponlo unos minutos en el horno o incluso algunos segundos en el microondas 😉