Huevos benedict o huevos benedictinos, ¡te van a quedar perfectos!
Ingredientes para 2 personas
- 2 huevos.
- 1 cucharada sopera de vinagre.
- 1 mollete o 2 rebanadas de pan de molde. Si te animas a hacerlo casero te recomiendo nuestra receta de pan de molde casero o este otro pan de molde integral con semillas y frutos secos.
- 2 lonchas de jamón asado, lacón ahumado o 4 de bacon.
- Un poco de cebollino y pimienta negra molida para decorar y lechugas para acompañar (en este caso canónigos).
- Para la salsa holandesa casera:
- 1 yema de huevo.
- 50 g de mantequilla sin sal.
- 1 cucharadita de postre de agua.
- 1/2 cucharadita de postre de zumo de limón o de lima.
- Sal.
Se trata de un plato fantástico para un desayuno especial o brunch completo y energético y se sirven sobre un panecillo o tostada con jamón asado, lacón ahumado o bacon, sin duda alguna una combinación de auténtico… ¡escándalo! Con nuestros trucos y consejos conseguirás dominar la técnica de cocinar los huevos pochados y también le perderás el miedo a elaborar la salsa holandesa en casa.
Cómo preparar huevos benedict o huevos benedictinos
- Empezamos preparando los huevos, siempre se elaboran escalfados o poché y queda la clara cuajada y la yema líquida:
- Es imprescindible que el huevo sea fresco (con la fecha de puesta lo más reciente posible) y que esté a temperatura ambiente (si los tienes en la nevera, sácalos con una hora de antelación).
- Pon en un cazo agua hasta la mitad, échale la cucharada sopera de vinagre y el fuego a media temperatura. Buscamos que el agua esté bastante caliente pero no llegue a hervir. Si tienes termómetro, a 80ºC, y si no, el agua estará lista cuando empiece a humear pero que no borbotee nada ni haya burbujas. Si eso pasa, baja el fuego.
- Casca el huevo en un bol.
- Con una cuchara crea un remolino en el centro del cazo dándole vueltas al agua y vierte el huevo en el centro del remolino.
- Cocínalo 3 o 4 minutos, según si quieres la clara más o menos cuajada. Procura que el agua no hierva y cuando lleve 3 minutos sácalo con una espumadera y comprueba si ya está como quieres. La yema debería notarse líquida en el interior y la clara a tu gusto. Personalmente me gusta que esté completamente cuajada así que suelo darle 4 minutos e incluso un poco más, pero si no te importa que tenga partes aún sin cuajar puedes sacar el huevo antes.
- Si pones el fuego demasiado bajo es posible que tarde más tiempo, pero lo importante es que te hagas con la técnica y poco a poco aprendas a dejarlos a tu gusto con el nivel de temperatura y tiempo ideales.
- Saca el huevo con una espumadera y déjalo encima de un plato mientras preparas el resto de ingredientes y sigues con el otro huevo.
- Si vas a utilizar un mollete pártelo por la mitad, y tuesta el pan, sea el que sea. Pon cada uno en un plato.
- En una sartén dora un poco el jamón asado o el lacón con un poco de aceite, y sin nada de aceite si se trata de bacon.
- Colocal el jamón, lacón o bacon sobre los panes y encima el huevo.
- Ahora vamos con la salsa holandesa, que siempre será el paso final:
- El primer caso es clarificar la mantequilla. Para ello ponla en un cazo a fuego suave hasta que se vuelva líquida, y durante el proceso no la remuevas ni tampoco esperes a que hierva y burbujee. Esto mismo también puedes hacerlo en el microondas, vigilando cada pocos segundos para comprobar si ya está líquida.
- Déjala reposar unos 5 minutos.
- En una jarrita pon un colador y echa sobre él la mantequilla poco a poco para que se quede tanto en el colador como en el fondo de la jarra original la parte blanquecina de la mantequilla que es el suero.
- Ahora ya podemos preparar la salsa holandesa. Para mi un truco muy bueno es utilizar una batidora de mano para montarla (puedes ver cómo lo hago en la receta de la salsa holandesa casera) pero en este caso al ser tan poca cantidad es mejor utilizar unas varillas eléctricas.
- Casca el huevo, separa la yema de la clara y echa la yema en un bol y coloca este bol sobre otro con agua caliente o sobre un cazo a fuego suave con agua caliente pero no hirviendo y que el fondo del bol no toque el agua.
- Bate la yema junto con el agua, la sal y el zumo de limón hasta que se haya montado un poco y ve añadiendo la mantequilla poco a poco hasta tenerla lista. Hasta el momento de servirla mantén ese sistema del bol sobre otro bol o cazo con agua caliente. Un truco por si se te ha solidificado un poco es añadirle media cucharadita de postre de agua caliente y batir de nuevo, y si es necesario añade más agua hasta conseguir que quede cremosa de nuevo.
- Vierte la salsa holandesa por encima de los huevos y termina decorando con un poco de cebollino picado y un toque de pimienta negra molida, y acompaña con unos canónigos o las lechugas que prefieras.
Tiempo: 30 minutos
Sirve y degusta
Lo ideal es que llegue todo calentito o al menos templado a la mesa, y para conseguirlo en cuanto los prepares varias veces sabrás ir más rápido y hacer varias cosas a la vez (mientras tuestas el pan y están cocinándose los huevos y el jamón empiezas a elaborar la salsa holandesa), o ya que se trata de una receta muy apropiada para un desayuno relajado o brunch y para compartir, búscate pinche de cocina 😉
El pan crujiente siempre es una delicia, el jamón o lacón o bacon aportan un rico toque salado, los huevos quedan increíbles con su yema líquida y la salsa holandesa tiene una cremosidad irresistible, sin duda es un plato de auténtico… ¡escándalo!
El momento más importante llega cuando por fin cortas el huevo para que salga la yema y se mezcle con la salsa holandesa y vaya inundando el pan y el plato, ¿a que se te hace la boca agua solo de pensarlo?
Variaciones
Esta receta acepta infinidad de combinaciones, así que por empezar por algo hablemos del pan. Lo más típico es servirlo sobre muffins ingleses, que es como una especie de panes individuales y redondos que se cocinan en sartén, pero con un mollete consigues un efecto similar y si utilizas pan de molde o rebanadas de cualquier otro tipo de pan también te van a quedar geniales.
Una combinación que a mi me encanta es extender sobre la tostada un poco de aguacate maduro, por encima una loncha de salmón ahumado y ya rematar con el huevo poché y la salsa holandesa. Como colofón, en vez de cebollino le suelo poner un poquito de eneldo (fresco a ser posible y si no seco) que casa genial con el salmón, ¡irresistible!
Consejos
Llévate esta idea a tu terreno y cámbiala un poco, por ejemplo si te gustan más los huevos duros pues utiliza uno y reparte por encima la salsa holandesa, y si te da pereza preparar la salsa o simplemente quieres aligerar el plato, prescinde de ella ya que la propia yema del huevo hace de salsa y sobre una tostada queda fenomenal.
Si no te han quedado bien los huevos poché lo más probable es que el agua estuviese hirviendo y, sobre todo, que los huevos no fueran frescos, así que te recomiendo no preparar esta receta si no cuentas con huevos frescos. Y en cuanto al punto de cocción, si los cocinas más tiempo del debido la yema empezará a cuajarse y de hecho hay gente que la prefiere así. Lo más importante es que los vigiles hasta que les cojas el punto y los saques del agua cuando estén a tu gusto.