Prepara poutine, una deliciosa receta tradicional de Canadá
Ingredientes para 4 personas
- 1 kg de patatas.
- 300 g de queso en grano. Si no lo encuentras puedes sustituirlo por mozzarella en bola o en barra o queso cottage.
- Aceite de oliva o de girasol, cantidad suficiente para freír si optas por freír las patatas.
- Sal.
- Para la salsa española o salsa de carne (brown gravy):
- 400 ml de caldo de carne. Si quieres prepararlo casero sigue nuestra receta de fondo oscuro, obtendrás el más rico caldo de carne que hayas preparado nunca.
- 22 g de mantequilla.
- 22 g de harina de trigo.
- Sal.
Una deliciosa receta tradicional de Canadá en la que las protagonistas son las patatas y se acompañan con dos ingredientes que aportan al plato mucha personalidad. Por un lado el queso en grano, un queso que solo se puede conseguir fresco directamente de la queserías que lo elaboran y que, para quienes no tenemos esa posibilidad, hay algunas opciones para sustituirlo (lo verás en la sección de ingredientes). Por otro lado la brown gravy o salsa de carne, que curiosamente también es como la salsa española y es una salsa que se elabora con caldo de carne, consiguiendo una textura cremosa y un sabor muy intenso.
Cómo hacer la receta de poutine
- Empezamos preparando la salsa española. Pon la mantequilla en una cazuela o cazo (yo la he hecho en una cazuela porque he preparado una gran cantidad pero para lo que necesitas para esta receta con un cazo es suficiente) y enciende el fuego a temperatura media-suave.
- Cuando esté derretida incorpora la harina y con unas varillas ve removiendo sin apenas dejar de hacerlo durante unos 5 minutos a temperatura media-suave. Cuando se dore y tenga el aspecto de la siguiente fotografía tendrás listo este paso.
- Mientras pon el fondo oscuro o caldo de carne en otra cazuela y caliéntalo, que casi esté hirviendo. También puedes ponerlo en una jarra y calentarlo en el microondas hasta que empiece a burbujear, suele tardar un par de minutos.
- Cuando tengamos la mezcla de harina y mantequilla lista baja el fuego para que esté suave, echa la mitad del caldo y no dejes de remover con las varillas.
- Cuando la mezcla se haya espesado sigue añadiendo caldo en varias tandas hasta echarlo por completo.
- Ve removiendo con las varillas de vez en cuando y en cuanto empiece a espesar ya tienes la salsa española lista.
- Si la preparas siguiendo las indicaciones te quedará cremosa y sin grumos pero si has dejado de removerla un rato o la temperatura estaba demasiado alta y hay algunos grumos puedes pasarla por un colador. Pruébala y échale la sal que necesite, sobre todo si el caldo no llevaba sal (que suele ser lo habitual).
- Ahora vamos a preparar las patatas. Pélalas, córtalas en rodajas y después en palitos. Puedes hacerlo con un cuchillo pero quedan mejor aún con una mandolina ya que así te aseguras cortarlas con el mismo tamaño.
- Ponlas a remojar con agua fría en un bol durante 5 minutos para que suelten el almidón y así evitar que después se peguen unas con otras.
- Lava las patatas, déjalas en un escurridor y después sécalas muy bien con papel de cocina o con un paño.
- Para cocinarlas puedes optar por varios métodos, yo en esta ocasión las he preparado en la freidora de aire:
- En freidora o sartén: programa la freidora a 140ºC, pero si las cocinas en sartén esta temperatura es cuando introduces una patata y burbujea de forma constante y sin dorarse para nada, y por supuesto que el aceite no humee. Cocínalas unos 5 minutos. El punto perfecto es cuando puedas atravesar una patata con un cuchillo y la notes tierna. Saca el cestillo de la freidora o retíralas a un plato con una espumadera si estás con la sartén, y sube la temperatura. En freidora es hasta 180ºC, y en sartén sin que llegue a humear el aceite pero que esté bastante caliente, de forma que las patatas se doren en cuestión de 2-3 minutos. Están listas cuando se vean doradas a tu gusto aunque vigílalas bien porque cambian de color muy rápidamente. Ve dejándolas en un plato con papel de cocina de forma que no estén amontonada para que no se reblandezcan y queden crujientes por fuera.
- Al horno: ponlas en un bol con un par de cucharadas soperas de aceite de oliva, mezcla y colócalas en una bandeja de horno con papel de horno intentando que no estén unas encima de otras. Hornéalas a altura media a 180ºC durante 30 o 40 minutos, hasta que estén a tu gusto. Remuévelas o dales la vuelta cada 10 minutos.
- En freidora de aire: ponlas en el cesto de la freidora con un poco de aceite, mezcla un poco y cocínalas a 200ºC entre 20 y 30 minutos, removiéndolas cada 10 minutos para que se cocinen de forma homogénea.
- Una vez cocinadas las patatas con el método que prefieras, échales sal por encima y ponlas en el plato en el que vayas a servirlas.
- Corta el queso en trocitos y repártelos sobre las patatas.
- Calienta la salsa de carne un poco si se había enfriado un poco y, bien caliente, repártela sobre las patatas pero sobre todo por encima de los trozos de queso para que se entibie un poco con el calor pero sin apenas derretirse. Añade la cantidad que prefieras, no se trata de bañar las patatas pero sí que les llegue a todas la salsa.
Tiempo: 1 hora (un poco más si optas por hornear las patatas)
Sirve y degusta
Este plato se debe comer nada más prepararlo, con las patatas recién hechas y la salsa caliente. Si te sobra puedes guardarlo 2-3 días en la nevera pero las patatas no estarán igual que recién hechas, quedarán más blandas y además la gracia de este plato es el punto que tiene el queso cuando se le echa la salsa por encima, algo que después de recién hecho no se puede volver a conseguir.
Es un plato tan sencillo como delicioso gracias sobre todo a la intensidad de la salsa de carne, en especial si se prepara con un caldo o fondo oscuro casero. Además las patatas, tiernas por dentro y crujientes por fuera aportan un contraste de texturas y el queso le da el toque final a esta combinación de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Se puede preparar esta misma salsa con caldo de pollo casero. Si te animas a prepararlo aquí tienes nuestra receta de caldo de pollo casero.
Para contar con un buen queso en grano habría que tener una quesería cerca que lo preparara porque, aunque se refrigere, se debe consumir a las pocas horas de haber sido elaborado para que mantenga su sabor y sobre todo su textura más auténtica. Como esto es complicado de conseguir en los lugares donde no es típico hay algunas alternativas: se puede optar por una bola o barra de queso mozzarella o queso cottage, incluso algún queso fresco que tenga una textura un poco chiclosa, de los que se suelen utilizar para cocinarlos a la plancha.
Consejos
Recuerda calentar la salsa de carne cuando las patatas estén casi listas para que todo se sirva bien caliente y a la vez.
Si te sobra salsa no te preocupes, puedes conservarla en la nevera 2-3 días y también congelarla. Otra forma de usarla es uno de los platos más ricos que puedes probar, estas albóndigas en salsa española.