Receta de mejillones tigre, los clásicos mejillones rellenos con bechamel
Ingredientes para alrededor de 24 unidades
- 1 kg de mejillones. Lo ideal es que no sean pequeños para que tengan más carne y porque vamos a utilizar sus conchas y mejor si son grandes.
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- 1/2 pimiento rojo.
- 2 cucharadas soperas de tomate triturado o salsa de tomate.
- Unas gotitas de tabasco (opcional).
- 50 ml de vino blanco.
- 50 ml de caldo de los mejillones.
- 1 o 2 huevos para rebozar.
- Pan rallado para rebozar.
- Abundante aceite de semillas, de girasol o de oliva para freír.
- Para la bechamel casera:
- 500 ml de leche.
- 45 g de mantequilla sin sal.
- 50 g de harina de trigo.
- Un poco de sal y pimienta negra molida al gusto.
* ¡Importante! Excepto la bechamel el resto de la receta NO lleva sal, los mejillones ya la incorporan con su jugo.
Se trata de los clásicos mejillones rellenos con bechamel, la propia carne de los mejillones y un sofrito de verduras, haciendo una combinación fantástica. Como colofón se empanan y se fríen para conseguir una costra crujiente y un interior cremoso y lleno de sabor. Consigue unos mejillones frescos de calidad y de buen tamaño y prepara esta riquísima receta con este ingrediente tan saludable, apetecible y económico (sobre todo comparado con el resto del marisco). Que no te de pereza limpiarlos porque es bastante sencillo y abajo en la receta descubrirás cómo hacerlo en un momento.
Preparación, cómo hacer mejillones tigre
- Empezamos preparando la bechamel casera:
- Pon un cazo a fuego suave con la mantequilla y cuando se haya derretido añade la harina, mezcla con unas varillas y cocina durante 2 o 3 minutos sin parar de remover para que no se formen grumos.
- Añade la mitad de la leche mientras mezclas con las varillas y sigues con el fuego suave y en cuanto se haya espesado un poco incorpora el resto de la leche.
- Dependiendo de la temperatura del fuego puede tardar unos 10 minutos en espesarse, a veces más y a veces menos. Si quieres asegurarte de que no se formen grumos lo ideal es que estés todo el tiempo removiendo con las varillas de forma suave, aunque si el fuego está muy bajito puedes ir removiendo de vez en cuando.
- Añade sal y pimienta negra molida al gusto.
- Cuando la salsa esté cremosa, apártala del fuego y pruébala por si tienes que rectificarla de sal.
- Ahora vamos a cocer los mejillones al vapor y el primer paso es limpiarlos. Córtales con un cuchillo bien afilado o unas tijeras las «barbas» o filamentos verdes que salen de su interior y raspa con un estropajo de acero o un cuchillo muy duro (por ejemplo yo utilizo uno de hierro) las impurezas de la concha aunque no te obsesiones porque es difícil dejarlos completamente negros y solo es importante por estética ya que al cocerlos quedan totalmente limpios.
- Lava muy bien los mejillones bajo un chorro de agua fría y ve dejándolos en un escurridor. Retira los que estén ya abiertos y al golpearlos un poco no se cierren y los que tengan la concha abierta ya que no estarán vivos y no se pueden comer.
- Pon los mejillones en una cazuela u olla que tenga tapadera, tápalos, enciende el fuego a temperatura media.
- A partir de que los mejillones se empiecen a abrir y a soltar su jugo y éste esté burbujeando cuécelos 4 o 5 minutos o hasta que veas que se han abierto prácticamente todos y están con su característico color naranja. Retira la olla del fuego y destápala para que se enfríen y así puedas manipularlos después más fácilmente.
- Vamos a preparar el sofrito del relleno. Pela la cebolla y el diente de ajo y pícalos muy finitos.
- Lava el pimiento rojo y pícalo igualmente muy fino.
- En una sartén con un poco de aceite de oliva a fuego medio echa la cebolla, el ajo y el pimiento rojo y cocínalos durante unos 5 minutos, procurando que no se doren demasiado.
- Mientras quítale a los mejillones su concha, córtalos en trocitos y cuela su caldo.
- Incorpora los mejillones a la sartén junto con el tomate triturado, el tabasco si quieres darles un toque picante y el vino blanco.
- Sube el fuego para que esté alto y cocina durante 2-3 minutos para que se evapore el alcohol del vino.
- Añade los 50 ml del caldo que habíamos reservado de la cocción de los mejillones, pon el fuego suave y cocínalo todo junto 5 minutos.
- Incorpora la bechamel a la sartén, mezcla bien todos los ingredientes y apaga el fuego.
- Reparte el relleno para rellenar las conchas de los mejillones con ayuda de una cuchara, ponlas en una bandeja o plato y déjalas reposar en la nevera al menos 1 hora (o incluso desde la noche anterior) o, si tienes prisa, unos 20 minutos en el congelador o hasta que veas que el relleno está bastante compacto.
- Prepara un cuenco con el huevo batido y otro con pan rallado y ve pasando los mejillones rellenos primero por huevo batido y después por pan rallado, solo la parte que tiene el relleno ya que no es necesario rebozar las conchas.
- Para freír los mejillones tigre puedes hacerlo en freidora y también en sartén:
- En freidora: ponle abundante aceite, prográmala a 160ºC y cocina los mejillones rellenos durante unos 3 minutos o hasta que veas que el rebozado está dorado.
- En sartén: calienta abundante aceite en una sartén amplia pero sin llegar al punto de que humee y cocínalos unos 3 minutos o hasta que estén dorados.
- Una vez fritos ve dejando los mejillones tigre sobre un plato con papel de cocina para que suelten el posible exceso de aceite.
Tiempo: 1 hora y 30 minutos más reposo en nevera
Sirve y degusta
Tras esperar 3 o 4 minutos a que se templen un poco (para no quemarnos ya que el relleno mantiene bastante el calor) ya se pueden comer estos fantásticos mejillones tigre. Si te sobran puedes mantenerlos 2-3 días en la nevera y después recalentarlos en el horno o en el microondas pero el rebozado ya no quedará apenas crujiente por lo que lo ideal es freír solo los que vayas a comer y el resto rebozarlos y congelarlos.
Disfruta de este aperitivo tan popular y con un potente sabor e incluso un ligero toque picantito. El sofrito de verduras y mejillones queda fantástico, la bechamel despliega toda su cremosidad en el relleno y la capa crujiente del rebozado hacen que sea un bocado de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Puedes cocer los mejillones con algún añadido para aromatizarlos. Lo más típico son unas hojas de laurel, unos trozos de limón o incluso unos granos de pimienta negra.
Si te gusta un rebozado más crujiente aún puedes comprar rebozado especial crujiente, suele llevar trocitos más gruesos de pan y se nota la diferencia.
Consejos
Asegúrate de comprar mejillones de buen tamaño y bien frescos, que estén vivos (fundamental, ¡si no no valen!). Para comprobarlo debe estar la concha cerrada o, si está abierta, al darle un golpecito debe cerrarse de inmediato.
Si compras los mejillones frescos y no vas a cocinarlos en el momento aguantan en la nevera 1 día o 2 pero deberás ponerlos en un recipiente y encima colocar un papel de cocina ligeramente humedecido con unas gotas de agua e ir humedeciéndolo un par de veces al día para que no se quede seco.
Como se trata de una receta bastante entretenida te recomiendo preparar estas cantidades o incluso el doble y congelarlos para tenerlos después disponibles al momento para freírlos y comerlos como si estuvieran recién hechos.