Salsa Pedro Ximénez (sin nata), muy fácil e ideal para carnes
Ingredientes
- 2 cebolletas tiernas.
- 50 g de pasas sultanas.
- 250 ml de caldo de carne o de pollo. Si no tienes puedes utilizar agua y, de manera opcional, añadir media pastilla de caldo concentrado.
- 150 ml de vino Pedro Ximénez.
- 1 cucharada sopera de azúcar moreno.
- 1/2 cucharada de postre de harina fina de maíz o maicena.
- Aceite de oliva y sal.
Esta salsa se prepara con el vino que le da nombre, no necesita nata y es muy fácil de preparar. Es una salsa dulce que resulta ideal para acompañar carnes, siendo mis preferidas el cerdo y el pato, aunque con ternera o pollo también queda fenomenal. El vino Pedro Ximénez es insustituible ya que el matiz que aporta de sabor e incluso textura es muy característico pues está elaborado con una variedad de uva blanca que se seca al sol y el resultado es dulce y afrutado. Lo que termina de redondear esta salsa es un pequeño sofrito de cebolletas que le sienta fenomenal y por supuesto la utilización de un buen caldo de carne casero.
Preparación, cómo hacer la receta de la salsa Pedro Ximénez
- Llena un vaso hasta la mitad de agua, introduce las pasas en él y caliéntalo durante 30 segundos en el microondas. Déjalo reposar para que las pasas se hidraten, necesitarán unos 15-20 minutos.
- Retira la parte de las raíces a las cebolletas y también la parte final de la zona verde. Córtalas en trocitos pequeños.
- En un cazo echa un poco de aceite y sal y ponlo a fuego bajo. Añade las cebolletas y deja que se cocinen unos 5 minutos, hasta que se ablanden y empiecen a dorarse un poco.
- Incorpora el azúcar moreno, mézclalo con la cebolleta y deja que se disuelva, tardará apenas un minuto.
- Incorpora el vino Pedro Ximénez y sube el fuego a temperatura alta durante un par de minutos para que se evapore el alcohol.
- Añade el caldo de carne junto con las pasas escurridas y baja el fuego para que esté a temperatura media, que siga borboteando, durante unos 1o minutos. Así se consigue que la salsa se reduzca un poco y se concentren los sabores.
- Mezcla con una cucharilla la harina fina de maíz con apenas una cucharada sopera de agua, y cuando se haya disuelto échala al cazo y remueve.
- Al cabo de 2 o 3 minutos debería tener el espesor deseado (cuando se enfría sigue espesándose un poco más, tenlo en cuenta), así que si ya está a tu gusto de textura ya la tienes lista, pero si no es así puedes volver a mezclar un poquito de harina fina de maíz con agua y echarla al cazo, volviendo a esperar unos minutos para ver cuanto espesa. Tampoco te pases de espesor porque podría quedarte demasiado pastosa y tendrías que volver a echar más caldo.
- Prueba la salsa por si tienes que rectificarla de azúcar o de sal (no le hemos echado sal porque el caldo muchas veces la incorpora, pero si no es así, añádele un poco).
Tiempo: 35 minutos
Sirve y degusta
Lo ideal es servir esta salsa templada o caliente aunque no excesivamente caliente. Si está recién hecha, déjala reposar 5 minutos para que termine de espesarse y sácala a la mesa en una salsera. También puedes dejarla hecha con antelación, aguanta perfectamente 3-4 días en la nevera e incluso más (y también se puede congelar) así que puedes volver a calentarla en un cazo o en el microondas justo antes de servirla, dejándola de nuevo reposar unos minutos.
Al ser una salsa dulce queda genial con carnes, personalmente suelo servirla mucho con solomillo de cerdo y también con pato, ya sea magret o confit, aunque queda perfecta con otros cortes de cerdo y por supuesto también con pollo o ternera. Disfruta de su sabor a pasas y su deliciosa textura, está de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Si quieres una versión más sencilla puedes preparar una simple reducción de Pedro Ximénez, calentando el vino con el azúcar y dejándolo a fuego medio hasta que quede una salsa espesa.
También puedes añadir otros aromas, por ejemplo cocinarla con setas, las que prefieras. Añádelas picaditas o en trozos más grandes junto con la cebolleta y sigue la receta tal cual.
Consejos
Recuerda siempre probar la salsa antes de servirla y dejarla a tu gusto, tanto en sabor como en textura. Si quieres puedes preparar una gran cantidad y reservarla en la nevera durante 3-4 días para utilizarla en otros platos, o incluso congelarla para disponer de ella en los meses siguientes. Eso sí, congélala en porciones para descongelar cada vez solo la cantidad que necesites.