Sopa de ajo o sopa castellana. Receta tradicional

Ingredientes para 4 personas

• 4 rodajas de pan duro. Mejor que sea tipo hogaza o pan de pueblo.
• 4 huevos.
• 8 dientes de ajo.
• 1 cucharadita de postre de pimentón dulce. También puedes añadir mitad de dulce y mitad de picante.
• 1,5 litros de caldo de pollo o agua. La forma más tradicional de prepararlo es con agua pero con caldo de pollo queda aún más gustosa la sopa. También puedes mezclar mitad de caldo y mitad de agua o añadir al agua una pastilla de caldo de pollo concentrado.
• 100 g de jamón serrano en lonchas (opcional).
• Aceite de oliva virgen extra y sal.

Es una receta tradicional elaborada con ingredientes de lo más humildes y fáciles de encontrar en cualquier despensa: ajos, pan duro, huevos, pimentón… Poco más necesitas para preparar esta sopa tan rica como reconfortante, que nos transporta a los sabores más esenciales de los guisos pero que necesita muy poco tiempo de cocción y está lista en pocos minutos, más sencilla no puede ser. Para enriquecerla he utilizado caldo de pollo en vez de agua y también he añadido un poco de jamón serrano en tiras.

Preparación, cómo hacer la receta de sopa de ajo

1. Pela los ajos y córtalos en rodajas.
2. En una olla vierte un poco de aceite de oliva (suficiente como para cubrir justito el fondo), ponla a fuego medio-alto y fríe los ajos hasta que empiecen a dorarse un poco, tardarán apenas 2 o 3 minutos.
   

   Doramos los ajos

3. Añade las rodajas de pan a la olla para que se frían con los ajos y empapen el aceite. Necesitarán unos 3 minutos por cada lado, dales la vuelta cuando estén doradas.
   

   Freímos también el pan

4. Corta el jamón serrano en tiras y échalas a la olla cuando el pan esté casi listo.
5. Baja el fuego a una temperatura baja y añade el pimentón.
   

   Añadimos el jamón y el pimentón

6. Rápidamente sin esperar a que se queme echa el caldo o agua a la olla y deja que se cueza todo junto unos 15 minutos, procurando que no llegue a hervir demasiado, simplemente que haya un ligero borboteo, y no hace falta que la estés removiendo ya que si lo haces demasiado se puede deshacer el pan. Estará lista cuando el pan se pueda partir fácilmente y esté blandito y la sopa esté ligeramente espesa.
   

   Cocinamos la sopa hasta que el pan esté listo

7. Aparta la sopa del fuego y pruébala por si tienes que añadirle sal aunque con el jamón no suele hacer falta. Casca los huevos y viértelos uno a uno en la sopa caliente, ya que con ese calor se cocinarán perfectamente y la clara se cuajará y la yema es posible que quede ligeramente líquida, lo cual es un gustazo. También puedes servir la sopa recién hecha y bien caliente en los platos y cascar directamente cada huevo en el plato del comensal.
   

   Sopa de ajo o sopa castellana

Tiempo: 40 minutos

Sirve y degusta

Sirve la sopa de ajo bien caliente, que está riquísima recién hecha. Si quieres prepararla con antelación o de un día para otro, te recomiendo prepararla entera excepto los huevos, y justo antes de servir volver a calentarla y añadir los huevos.

Es una sopa de lo más reconfortante, con ingredientes sencillos y un sabor muy marcado, lo que la hace ideal para los días más fríos o simplemente cuando queremos preparar una receta riquísima para aprovechar el pan que se nos ha quedado duro, está de… ¡escándalo!

Cómo hacer sopa de ajo o sopa castellana. Receta tradicional.

Variaciones

Siendo una receta tradicional admite pocas variaciones, pero a pesar de que se preparaba con agua y no se añadía jamón ni nada parecido, es una sopa que se presta a ser preparada con un buen caldo de pollo (mejor aún si es casero) y se le pueden añadir tiras de jamón pero también rodajas de chorizo, tiras de tocino o cualquier otra carne o embutido propios de los guisos y cocidos.

Consejos

Cuando utilices pimentón en cualquier receta intenta que no se queme, ya sea retirando la olla o sartén del fuego o añadiendo algún líquido casi al momento, ya que si se quema amarga toda la preparación.

Ya que se trata de una receta tan humilde y que necesita pocos ingredientes, procura que sean de calidad. Un buen caldo casero, huevos frescos y ecológicos y un buen pan con su corteza doradita (si es casero ni te cuento!) marcan la diferencia.