Tortilla de espinacas frescas, muy rica y sencilla
Ingredientes para 4 personas
- 5 huevos L.
- 2 manojos de espinacas frescas, que suelen pesar unos 600 g en total. Si utilizas espinacas congeladas calculo que necesitarías unos 400 g.
- 2 dientes de ajo grandes o 3 más pequeños.
- Aceite de oliva y sal.
Es una receta muy rica y sencilla, elaborada con muy pocos ingredientes y es que no necesita nada más. Se puede tomar fría o caliente, más o menos cuajada, y es ideal para servirla como aperitivo o incluso como plato principal, de hecho hasta en bocadillo está buenísima y es ideal para llevar de picnic, a la playa o al trabajo. Es una de mis tortillas preferidas porque me encantan las espinacas pero puedes seguir esta misma receta para elaborarla con otras verduras, por ejemplo calabacín o berenjena, solo que en ese caso las verduras no necesitarían cocerse primero sino simplemente saltearse.
A nosotros nos gusta que el huevo quede perfectamente cuajado pero sin perder jugosidad, aunque también sabemos que hay a quien le gusta que el interior quede un poco líquido por lo que en la receta te doy las indicaciones para que la prepares a tu gusto. También encontrarás consejos para darle la vuelta a la tortilla sin problemas ya que con un poco de maña y herramientas adecuadas (básicamente, una sartén antiadherente y una tapadera o plato un poco mayor del tamaño de la sartén) seguro que no fallas.
Cómo hacer la tortilla de espinacas frescas
- Empezamos preparando las espinacas. Si son frescas deberás cortarles la parte de las raíces y lavarlas muy bien en un bol con agua fría para eliminar cualquier resto de tierra.
- Pon abundante agua en una pequeña olla a fuego medio-alto con un poco de sal, y cuando empiece a hervir ve cociendo las espinacas en tandas (yo he necesitado 2 tandas, una para cada manojo) durante apenas 3 minutos y retíralas con una espumadera a un plato. Con este método lo que estamos haciendo es blanquearlas, consiguiendo quitarles gran parte de su amargor característico.
- Escurre muy bien las espinacas y córtalas un poco, simplemente para que después se puedan mezclar bien con los huevos.
- Pela los dientes de ajo y córtalos en rodajas finas.
- En la sartén en la que vayas a prepara la tortilla echa un poco de aceite de oliva y ponla a fuego medio. Cuando esté caliente incorpora los ajos y cocínalos hasta que estén dorados por todas sus caras pero sin llegar a quemarse. Retíralos a un plato aparte. Yo no los suelo utilizar ya que el sabor lo han dejado en el aceite pero si te gusta encontrártelos puedes echarlos después a la mezcla de huevos y espinacas.
- En ese mismo aceite cocina las espinacas. Para que no te salte mucho al principio retira la sartén del fuego y en cuanto se haya enfriado un poco echa las espinacas y vuelve a poner la sartén en el fuego a temperatura media.
- Échales un poco de sal y saltéalas durante unos 5 minutos o hasta que estén a tu gusto. La idea es que suelten bastante agua y les quede ese saborcito del aceite con los ajos que tan bien les sienta.
- En un bol casca los huevos, échales un poco de sal y bátelos enérgicamente con unas varillas o un tenedor, aunque no hace falta que se genere espuma.
- Incorpora las espinacas y, si quieres, los ajos, y revuélvelo todo para que queden bien mezcladas e impregnadas.
- Pon la misma sartén a fuego medio-bajo con un poquito de aceite y ahora cuaja la tortilla. Vierte la mezcla de huevos y espinacas en la sartén y cuando notes que se ha cuajado por abajo (puedes comprobarlo moviendo un poco la sartén y viendo que todo va junto en un bloque unido y despegado de la sartén), entonces es cuando debes darle la vuelta.
- Para darle la vuelta coge una tapadera o plato de mayor tamaño que la sartén, cúbrela y ahora vuelca todo el contenido de la sartén en el plato o tapadera, de forma que ahora puedas ver la parte cuajada de la tortilla por arriba. Con cuidado, desliza la tortilla de nuevo del plato a la sartén para que se cuaje por ese lado.
- Ahora el punto lo decides tú. Si prefieres que la tortilla quede un poco líquida por dentro, pon el fuego un poco más fuerte (solo un poco) para que se cuaje rápidamente por fuera y apártala a un plato. Si te gusta más que quede perfectamente cuajada mantén el fuego muy suave para que no se queme por fuera, pero que el interior se cuaje perfectamente. Podrás hacer la prueba con un palillo, introduciéndolo para comprobar cuanto de líquido está el interior. ¡Y lista!
Tiempo: 30 minutos
Sirve y degusta
Las tortillas están listas para consumir en el momento, recién calentitas. Sin embargo, somos muchos los fans de las tortillas frías, esas tortillas que se han cuajado completamente y que has hecho unas horas antes o incluso la noche anterior, para tomarlas con un buen reposo. ¡Un espectáculo!
Sírvela al centro incluso en la propia sartén con un salvamanteles debajo o directamente en los platos de los comensales. Y por supuesto, que no falten unas buenas rebanadas de pan 😉
Variaciones
Las tortillas admiten todo tipo de cambios así que anímate a incorporar una cebolla salteada o unos piñones tostados, todo un clásico asociado a las espinacas. También puedes incluir un toque de mostaza francesa o especias como pimentón dulce o comino, te aseguro que le van genial.
Consejos
La clave para hacer la tortilla es el control de la temperatura del fuego. Para no equivocarte, lo mejor es que lo mantengas medio-suave para que se cuaje poco a poco y, sobre todo, que no se te queme, ya que es lo único que no podrás arreglar. Eso si, si la quieres poco cuajada lo ideal es que lo vayas practicando porque el fuego tendría que estar un poco más fuerte y darle muy pronto la vuelta.
Quítate el miedo a darle la vuelta a la tortilla! Con una tapadera firme o un plato, siempre mayores que la sartén utilizada (este suele ser el problema habitual porque utilizar un plato más pequeño es un desastre), no tendrás ningún problema para darle la vuelta y cuajarla perfectamente por los dos lados.